PRINCIPITO

















Todo el ocaso, toda la espuma.
El recuento azul del mar con sus vaivenes...
La tierra fecunda de mis abuelos
y los caminos que nos enseñaron a andar
bastaron para fundirte, retoño mío,
hombrecito de luz que dará sus frutos.

En un lejano reino de lavandas
pequeño príncipe eres.
Y si el día nos enseña su paleta
de viva flor policromada
huyes, presto entre la hierba,
con la espada y el caballo.

Deja quedarme más tiempo a tu lado
compañero del agua y de las piedras,
muéstranos tu musical sonrisa
corola naciente o cascada que trina
para que prenda colmándome el pecho
amor y esperanza, un mundo mejor.

¡Ah, hijo del Otoño y de la Primavera!
Sucesor de páginas trascendentales...
Por ti daría hasta lo que he perdido
¿Quién me puede arrebatar el derecho
si soy el padre y tú simiente
en el surco ardiente de mi convicción?

Todos los soles y todas las lunas,
todo este amor que fluye a raudales
bastarán para que vivas, retoño nuestro.  

1 comentario:

  1. precioso, me encantaría que publicaras mas de tus poemas, me llevan a hermosos recuerdos donde el amor, la amistad y la solidaridad salían del alma

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